Mediante la correcta ventilación de un forjado sanitario conseguiremos eliminar la humedad y el gas radón que se acumula bajo el mismo.
El gas radón es un gas radioactivo generado por algunas rocas del interior de la corteza terrestre, que transportado por las capas del terreno, invade las viviendas a través de grietas y orificios de sótanos y subsuelos. En la atmósfera el gas radón se diluye en el aire, alcanzando bajas concentraciones, sin embargo en un espacio cerrado, como una vivienda, este puede acumularse alcanzando altas concentraciones y aumentando el riesgo de afecciones pulmonares. Una adecuada ventilación permite la expulsión a la atmósfera del gas radón y con ello el peligro que supone para la salud.
Ventilar un forjado sanitario permitirá también eliminar la humedad que se acumula bajo el mismo, evitando que por capilaridad se transmitan humedades al interior de la vivienda. Un ejemplo que nos muestra de forma evidente la necesidad de ventilar sería la diferencia entre colocar boca abajo un vaso recién lavado sobre una superficie lisa o sobre una superficie que permita una cierta ventilación, en el primer caso al no permitir la entrada de aire, las acumulaciones de humedad en las paredes interiores del vaso se mantendrán durante días, mientras que con un mínimo de ventilación el agua desaparecerá en poco tiempo.
Proponemos dos opciones para sacar al exterior el aire de bajo el forjado.
Opción 1, las salidas de ventilación se disponen en la fachada de la vivienda, instalando una malla aintiinsectos y rejillas que ocultan los tubos.
Opción 2, las salidas de ventilación se realizan a través de arquetas instaladas en el terreno, con tapa de rejilla para permitir la ventilación. Estas arquetas deberán estar conectadas a la red de recogida de aguas pluviales.
El área de los conductos de ventilación vendrá determinada por las indicaciones del CTE DB HS 1, para ello será suficiente con la ejecución de pases de diámetro 80/120 mm., en la proporción de uno cada 3,50/4,00 m. Los orificios de ventilación deberán que ser colocados preferiblemente a la cara sur de la edificación (cara más caliente) respecto de la cara norte (cara más fría) de modo que se genere una ventilación por tiro natural. En el caso que haya zonas del forjado separadas entre ellas por vigas de cimentación no perimetrales, será necesario conectarlas entre sí mediante pases similares a las salidas exteriores.