Al recorrer Laos, un país rural, de escasos recursos económicos, con gentes de carácter tranquilo y ritmo de vida opuesto a la limítrofe Tailandia, me ha resultado interesante observar la arquitectura tradicional que se repite de norte a sur por todo el país.
La mayoría de las casas están construidas y siguen construyéndose en madera, elevadas sobre el terreno mediante la disposición de pilastras separadas del suelo para evitar su deterioro. Esta elevación obedece a mejorar las condiciones de vida durante las épocas de lluvias, separándose de la humedad. Las cubiertas, tradicionalmente de paja, han sido sustituidas por chapa metálica que garantiza la impermeabilidad sin la necesidad del constante mantenimiento.
En la distribución de las viviendas, la orientación del dormitorio principal tiene una especial relevancia puesto que debido a las creencias tradicionales, mientras se duerme los pies no deben apuntar a la cabeza de ningún vecino. Por ello la disposición de las casas no es aleatoria y suele resultar bastante ordenada. Una configuración habitual es que las viviendas se agrupen en torno a un gran patio central donde se desarrolla la vida de la aldea.
Antaño las viviendas disponían de un acceso para los muertos. Cuando alguien fallecía el difunto pasaba de la planta superior a la inferior, enterrándose bajo esta y disponiendo el cuerpo en la dirección de las vigas maestras, perpendicular a la fachada principal de la edificación. Esto radicaba en la creencia de que los espíritus caminaban de forma lineal y el objetivo era que no regresasen a la vivienda. En la actualidad en planta baja ya no se realizan enterramientos, este espacio se utiliza como almacén de cosechas, madera para combustible, apeos de labranza y vehículos de transporte.
Una característica común en todas las viviendas es la presencia de las antenas parabólicas, dispuestas a nivel de terreno, se repiten por todo el país.
Aunque la mayoría de las viviendas siguen construyéndose de modo tradicional, la aparición del bloque de hormigón a supuesto una degradación de la armonía arquitectónica en muchas aldeas.