Afrontamos el proyecto como hacemos siempre, estudiando todos sus condicionantes en cuanto a situación y programa de la vivienda. La situación ya la habíamos estudiado con anterioridad, cuando desarrollamos el proyecto de la parcela lindante en el lado suroeste, pendiente a día de hoy de la concesión de licencia municipal, cuya forma y orientación son idénticas a la parcela de este nuevo proyecto, resultantes ambas de una parcelación. Si bien el proyecto anterior condicionó con su presencia al nuevo.
Después de muchas conversaciones con la propiedad, que conocía el proyecto vecino, y del estudio de las propuestas, conseguimos entender bastante bien sus necesidades, a través proceso de diálogo continuado que se estableció con el ellos en el desarrollo del proyecto. La receptividad de la propiedad para olvidarse de prejuicios meramente formales facilitó el trabajo de proyecto en la búsqueda de los objetivos que nosotros considerábamos fundamentales.
Intentamos por todos los medios un objetivo primordial, conseguir una vivienda que satisfaga las necesidades programáticas y que en el resultado primen la riqueza formal y volumétrica. Ahora bien, y esto todavía lo consideramos más importante, la forma y el volumen deberían ser el resultado del estudio funcional de la vivienda, en ningún caso formas y volúmenes atractivos en sí mismos pero arbitrarios.
Es esta la razón por la que los dos volúmenes principales de que consta la vivienda se giran entre sí, para darle mayor amplitud al patio que se los separa y conseguir mayor iluminación natural en la zona central de comunicaciones, en uno de los dormitorios de la planta alta y en los dos espacios principales del sótano. Estos dos volúmenes principales no sólo están girados entre sí y tienen formas distintas como respuesta a las diferentes funciones que se desarrollan en ambos, sino que además sus alturas también varían sensiblemente, en este caso adecuándose a la pendiente del terreno y adaptando la altura del peto para ocultar en lo posible los paneles solares situados en la cubierta del volumen de la entrada.
El vuelo de la pieza del baño de la planta alta responde a la necesidad de crear una zona cubierta en el acceso a la vivienda y dialoga formalmente con el vuelo del dormitorio de la planta alta que cubre parcialmente el estanque, trasladándose dicho diálogo al material de revestimiento, en este caso madera. El estanque nos sirve para introducir el agua en el camino de acceso a la vivienda.
La solución formal de la fachada sureste con lamas fijas de madera en los huecos superiores de la zona de doble altura responde a la necesidad de controlar la luz en una fachada tan expuesta y con huecos tan grandes. Se consigue de esta forma permitir el paso de los rayos de sol en invierno, cuando está más bajo, y evitar dichos rayos en verano. Una forma, al fin y al cabo, de mejorar la eficiencia energética de la edificación, basándose en criterios puramente arquitectónicos, constructivos y fundamentalmente racionales.
Son algunos ejemplos de cómo el resultado formal es el resultado del estudio de las necesidades y de la búsqueda de soluciones funcionales que resuelvan dichas necesidades, y nunca la adaptación de las necesidades a una solución formal buscada previamente.