Podríamos describir la madera como un material noble, agradable a la vista y al tacto, que utilizado de forma adecuada logra conferir a la arquitectura un valor añadido, ensalzando la construcción y aportando un carácter de sostenibilidad. Sin embargo, el frecuente deterioro prematuro de las maderas instaladas en exteriores, ha convertido en un riesgo el atrevimiento a utilizar este material en fachadas.
Mientras que en otros países la madera se utiliza con asidua frecuencia, aquí su empleo es más limitado y los resultados son menos satisfactorios. Algunos achacan el rápido deterioro de la madera a condicionantes climáticos, sin embargo las diferencias fundamentales radican en factores ajenos al clima:
- Los procesos industriales de elaboración de las maderas carecen de los controles necesarios para garantizar la calidad del producto final. Los procesos de corte, secado y tratamiento de las maderas se aceleran para lograr un mayor beneficio, repercutiendo negativamente en la calidad del producto final.
- Debido al escaso empleo de este material en las últimas décadas, apenas existen técnicos cualificados con experiencia en instalación de maderas en exterior. (lo habitual será encontrarse con carpinteros acostumbrados a instalar carpintería interior, montando por primera vez una fachada exterior).
- No se realiza el mantenimiento periódico habitual de las maderas, acelerándose su deterioro.
Uno de los factores más importantes para que el resultado final de la instalación de madera sea satisfactorio vendrá determinado por el proceso de industrialización de la materia prima, el cual deberá de ser realizado por empresas especializadas, que cumpliendo con las normativas de reforestación, deberán esmerar el cuidado en las distintas fases del proceso, y especialmente en los siguientes:
1.- Tala. Deberán respetarse las técnicas tradicionales para determinar la fecha de la tala, teniendo en cuenta dos factores importantes, el ciclo estacional, que determinará el mejor momento para realizar la tala del árbol en función de la especie y de este modo obtener una madera mejor y más duradera, habitualmente estas fechas suelen corresponderse con el final del otoño, antes de entrado el invierno, así como también se tendrán en cuenta los ciclos lunares, siendo preferible la madera cortada con luna nueva, cuando el tronco posee menos cantidad de savia, puesto que perderá menos agua, el tronco será más pesado y poseerá una menor cantidad de nutrientes, evitando de este modo la producción de hongos y aparición de xilófagos y dando como consecuencia una madera de mayor calidad.
2.- Secado. Uno de los factores más importantes que influirán en la calidad final de la madera será el proceso de secado. Las maderas deberán seguir un minucioso proceso de secado en condiciones reducidas de humedad y durante un periodo prolongado, determinado por el tipo de madera. Se adjunta un documento sobre los Procesos de secado para evitar defectos en la madera verde proporcionado por LSUAgCenter, su lectura nos aclara que el proceso de secado bien realizado es más complejo de lo que habitualmente se cree, y dudo que la mayoría de las maderas comercializadas aquí cumplan estos requerimientos.
3.- Tratamientos naturales. La durabilidad de la madera incrementará considerablemente si en el proceso industrial se le ha aplicado un tratamiento natural, habitualmente se emplea sal de bórax, que diluida en proporción 1/9 con agua caliente se debería aplicar a la madera por inmersión.
Otro factor clave para garantizar que la calidad final de la instalación de madera sea la esperada vendrá determinada por el instalador que elijamos, recordar no que existen muchas empresas cualificadas con experiencia concreta de instalación de maderas en exteriores, por lo que a la hora de elegir al instalador, se deberán tener en cuenta estos criterios por encima de los económicos.
Por último no olvidar que la madera siempre requerirá un mantenimiento periódico y una vez rematada la obra, deberemos aplicar periódicamente (cada 2 años) un tratamiento de aceite o barniz al agua que garantizará la durabilidad de la madera.
Yo añadiría tres puntos más:
1- estudio en profundidad de las soluciones constructivas más adecuadas según la orientación de servicio. No es lo mismo una fachada norte y protegida que otra sur y expuesta.
2- Adecuación del tratamiento de protección a la durabilidad natural de la madera escogida.
3- apostaría por recientes (y no tan recientes) técnicas de modificación molecular que garantizan durabilidad es impensables hasta la fecha.
Muy acertados los tres puntos que comentas, completamente de acuerdo. Una pena que no tengamos oportunidad de utilizar este material más a menudo