Un Centro Comercial es ese área cuya intención es que a modo particular, con familia o amigos cada uno pueda saciar sus necesidades de consumo, entretenimiento o, lo que comunmente se llama “pasar el rato”. Poniendo al servicio del cliente todo lo necesario para hacer acogedora su visita: facilidad de aparcamiento, diversidad comercial, ambiente agradable, una temperatura idónea, seguridad, limpieza, guarderías para niños o diversas actividades lúdicas que le aporten un “extra” al mero hecho de consumir por consumir.
Si bien, son estas promociones comerciales lo que ayudan a traer a la ciudad diversidad de firmas comerciales que de otra forma, tardarían en llegar, contrasta con la tradicional costumbre de ir al comercio de siempre. Cuán agradable es pasear por las calles, ver escaparates, entrar en el comercio pequeño de atención más personalizada y hacer esa parada en el agradable café al final de la calle. Todo para meterse en esos universos comerciales que funcionan con un engranaje perfecto para el bienestar del cliente.
Como las masas, el público y el cliente en particular es tan diverso, estos pequeños macroscomos o grandes microscomos son necesarios. Sin embargo, aunque reconozco que he visitado y he comprado en todos los centros comerciales de esta ciudad de la esquina noroeste de la península ibérica y, es por eso y debido a eso que defiendo firmemente el placer del paseo, del aire fresco y de los escaparates de la calle.