La actual situación económica ha puesto sobre la mesa el abaratamiento de la construcción mediante el empleo de viviendas prefabricadas como alternativa para reducir la inversión económica, sin embargo, este tipo de construcción sigue sin arraigarse en el sector. Para nosotros existen claros motivos que nos desaconsejan recurrir a la vivienda prefabricada. A continuación exponemos 10 razones que cuestionan o desmontan los argumentos habituales que se suelen utilizar para justificar su utilización.
1. Economía. Una vivienda prefabricada resultará más económica si las calidades finales son inferiores a las utilizadas en una vivienda de construcción más tradicional. En el momento que igualamos estas calidades, los precios se equiparan, pudiendo llegar a ser más elevados.
El proceso constructivo de una vivienda prefabricada podría abaratar el coste si se construyesen cientos de viviendas iguales en un proceso industrial similar a la construcción de los automóviles, sin embargo, el mercado actual es tan reducido que la gran mayoría de viviendas prefabricadas son construidas bajo pedido, eliminando de este modo el ahorro de costes por optimización de la fabricación.
2. Trámites administrativos. Existe la falsa creencia de que la construcción de una vivienda prefabricada simplifica los trámites administrativos al ser considerados como elementos portátiles susceptibles de ser trasladados, al igual que una caravana, no requiriendo de la obtención de los permisos habituales de construcción. Sin embargo hemos de indicar que una vivienda prefabricada necesitará todos los servicios que requiere una vivienda tradicional (agua, electricidad, saneamiento, …) y para su instalación será necesario la realización de los mismos trámites que se le exige a cualquier vivienda (parcela edificable, redacción de proyecto, direcciones de obra, estudio geotécnico, licencia urbanística, cesión de terrenos al ayuntamiento y urbanización del mismo, etc.) con lo cual no obtendremos ningún beneficio al no ahorrarnos tramites.
3. Funcionalidad. La elección de una vivienda prefabricada se realiza dentro de un catálogo limitado de modelos existentes, con lo cual resultará prácticamente imposible que encontremos una vivienda prefabricada que se ajuste exactamente a todas nuestras necesidades, debiendo adaptarnos a la vivienda, en vez de lo contrario.
Asimismo existen una serie de condicionantes importantes a la hora de realizar el diseño funcional de una vivienda, marcados por la parcela sobre la que se pretende edificar, como son la orientación, las pendientes del terreno, las vistas, el soleamiento, la privacidad, los accesos,… que harán todavía más complicado que la elección de una vivienda sobre catálogo cumpla con todos estos condicionantes.
El sistema constructivo de una vivienda prefabricada no permitirá la construcción de grandes vanos libres de apoyos, limitándonos por ello las dimensiones máximas de los espacios interiores de la vivienda y no permitiendo por tanto disponer de grandes espacios diáfanos.
4. Estética. Generalmente una vivienda prefabricada se asemeja más a un bungalow o una caseta de obra que a una vivienda convencional, al tener más limitaciones para construir distintos volúmenes. La construcción prefabricada genera una falta de personalización obteniendo espacios habitables estandarizados y sin carácter.
5. Eficiencia energética. Se ha extendido la creencia de que una vivienda prefabricada es más eficiente a nivel energético que una vivienda tradicional, sin embargo remarcamos que estas características vendrán marcadas por los tipos y características de los materiales y aislamientos utilizados, carpinterías, sistemas de climatización, ventilación, etc…) que en principio, no tienen que ver con el tipo de construcción elegido.
Además hemos de considerar que para lograr una mayor eficiencia energética y una consecuente reducción de consumos, en la fase de diseño deberemos tener en cuenta el emplazamiento y las orientaciones de los ventanales para lograr una calefacción solar pasiva, asimismo los materiales exteriores y las soluciones constructivas deberán se acordes a la climatología de la zona, factores que no suelen considerarse en la adquisición de una edificación prefabricada. Por ello es más habitual que este tipo de construcción sea menos eficiente energéticamente que una tradicional al no haber sido diseñada específicamente para el lugar donde se emplaza.
6. Construcción ecológica. Habitualmente se considera la construcción prefabricada como una construcción más ecológica al realizarse dentro de un proceso industrial y supuestamente estar más optimizado su proceso constructivo, sin embargo no se tienen en cuenta los perjuicios de la implantación industrial de este tipo de fábricas así como tampoco se valoran los sobrecostes ni la contaminación que genera el transporte de estas viviendas a sus ubicaciones definitivas.
7. Durabilidad. Una vivienda prefabricada no es una construcción concebida para ser heredada de padres a hijos. Los plazos de vida útil de este tipo de construcciones serán muy inferiores al de las que consideramos viviendas de construcción más tradicional, puesto que los materiales utilizados (fibras prensadas, tableros fenólicos, paneles de yeso,…) presentan una menor longevidad que los empleados en una vivienda tradicional.
8. Tiempo de ejecución. Uno de los argumentos que defienden este tipo de construcción es la reducción de los plazos de ejecución, sin embargo no resulta del todo cierto los plazos de ejecución que proponen los vendedores, puesto que no se suele tener en cuenta la ejecución de la obra civil, cimentación, infraestructuras (electricidad, saneamiento, agua, telefonía…), cierres de la parcela, urbanización, piscina, …
Además siempre se habla del tiempo de montaje, sin tener en cuenta el tiempo de fabricación en taller, supuestamente la vivienda se podría montar en 3 semanas, sin embargo, previo al pedido la empresa tardará varios meses en realizar su fabricación.
Si que es cierto que se podrán ahorrar 2 ó 3 tres meses en el total del proceso al poder solapar parte de la obra civil con la construcción de la vivienda en taller, sin embargo en nuestra opinión este tiempo no debería ser un factor determinante a la hora de decidirnos por este tipo de construcción.
9. Financiación. Muchos bancos y gestores hipotecarios consideran las viviendas prefabricadas como construcciones de menor durabilidad por lo que son más reacios a la concesión de créditos hipotecarios para estos tipos de construcciones.
10. Servicio post-venta. Cuando compramos un vehículo, tendremos a nuestra disposición en las proximidades un concesionario para solventar los problemas que nos puedan surgir durante el uso del mismo, sin embargo cuando adquirimos una vivienda prefabricada el servicio post-venta generalmente no lo tendremos tan a mano puesto que el fabricante puede tener su sede a varios cientos de kilómetros.
Si hemos realizado una construcción tradicional, lo habitual es que el constructor tenga su sede más próxima y pueda solucionarnos cualquier problema que surja de forma más sencilla.
Por todo ello, nosotros recomendamos que a la hora de construir una vivienda se tengan en cuenta inicialmente todos los factores: estéticos, funcionales y económicos para que en un futuro no lamentemos haber realizado una mala inversión.
Tras varios años estudiando este tipo de viviendas y tras haber ejecutado varios proyectos con distintos sistemas constructivos, estamos totalmente de acuerdo con casi todas las falsas creencias descritas en este post. Sobre todo con el coste final de la vivienda. Como bien se describe, a igualdad de calidades el precio es muy similar o incluso superior.
La durabilidad de las viviendas prefabricadas pueden ser iguales según los materiales y detalles empleados.
Por otro lado, la estética puede ser igual que la de las viviendas tradicionales.