Arquitectura bioclimática: aprovechamiento energético de grandes acristalamientos
Los avances tecnológicos han motivado que poco a poco las pequeñas ventanas de las viviendas de nuestros abuelos hayan dejado paso a grandes acristalamientos que confieren una mayor luminosidad y amplitud a los espacios interiores de las viviendas.
En la actualidad los acristalamientos han mejorado su transmisión térmica e incrementado la posibilidad de realizar grandes paños a precios más económicos. Sin embarco, hemos de tener en cuenta que un acristalamiento, por muchas virtudes técnicas que posea, el coeficiente de aislamiento térmico es muy inferior al cerramiento de la vivienda, por ello el uso elevado grandes ventanales puede suponer una considerable pérdida energética y generar un efecto invernadero en el interior de las estancias, que en temporadas calurosas puede inhabilitar el uso de estas y producir deterioros materiales.
En el diseño de grandes ventanales, si elegimos una orientación adecuada y logramos regular la exposición solar los mismos, estos acristalamientos en lugar de generar pérdidas energéticas, producirán el efecto contrario, aportando una gran parte de la energía necesaria para calentar la vivienda en las temporadas más frías. Para ello deberemos proteger los acristalamientos de la exposición directa del sol durante el verano y permitirla durante el invierno, así como dotarlos de un sistema interior de protección mediante persianas o estores que en épocas frías, desplegados durante la noche, reducirán la perdida energética hacia el exterior.
En una de nuestras viviendas en ejecución, proyectada con grandes ventanales orientados al sur, hemos protegido los acristalamientos de las zonas altas mediante la disposición de lamas de madera horizontales situadas en el exterior, que en verano con el sol más alto impiden la exposición directa y en invierno al encontrarse el sol más bajo, permiten la entrada de los rayos solares hacia el interior. Los ventanales de planta baja, que en este caso comunican con un porche, se protegen mediante la disposición de un toldo enrollable que en épocas frías permanecerá recogido, permitiendo la entrada del sol hacia el interior. Detalle constructivo.
De este modo logramos que estos grandes ventanales mejoren el confort de la vivienda, contribuyendo en el aporte energético de la misma y reduciendo el gasto en calefacción durante el invierno.