las limitaciones como estímulo
La buena arquitectura no está ni mucho menos ligada al tamaño, ni al derroche de medios, tanto económicos como técnicos como de cualquier otro tipo, no está ligada al alarde ni a la ostentación. Está ligada a todos los aspectos que hacen que el objeto del proyecto, en este caso una vivienda, de solución a cada una las necesidades a resolver y lo haga aún con todas las limitaciones iniciales.
Las limitaciones, si bien no marcan el camino a seguir, sí ayudan en su búsqueda, definiendo claramente cuales no son los caminos correctos. Deberían ser, si acaso, un estímulo más, en el intento de hacer buena arquitectura, pero hacerla sin disponer de todos los medios deseables, sabiendo hasta donde podemos llegar y no pasar de ahí, hacer arquitectura con los pies en el suelo y hacer, aun así, buena arquitectura.
Para conseguir este objetivo consideramos fundamental tener muy clara la diferencia entre “calidad” y “lujo”, conceptos que creemos se confunden con demasiada frecuencia. Según nuestra forma de verlo la calidad tiene que ver con la funcionalidad, un material de calidad será aquel que cumple correctamente con la función para la cual ha sido fabricado, si lo hace será un material de calidad y no menor que otro que costando el doble, por las razones que sean, cumple exactamente la misma función. Por lo tanto si un material cuesta tres veces más por razones de marca, de procedencia, de escasez etc. no es por ello un material de mayor calidad que el más barato si funciona igual que este, simplemente es más caro. Esto será lo que evitemos dadas las limitaciones.
Partimos en este proyecto de unas limitaciones que sirvieron por tanto de estímulo para llegar a una solución que llegase a satisfacer las necesidades que la propiedad planteaba en cuanto número de estancias, metros construidos, aprovechamiento de vistas y orientación etc. El estudio detallado de todos estos condicionantes de partida tienen como resultado una vivienda que se desarrolla mayoritariamente en planta baja, con una cocina-comedor, un estar-comedor, un dormitorio principal con baño y vestidor, un segundo dormitorio, una lavandería y un porche y una planta primera mucho más pequeña que la inferior en la que aparece un espacio diáfano destinado inicialmente a estudio pero que bien podría hacer esporádicamente las funciones de dormitorio, y en el que se colocan grandes ventanales para aprovechar las vistas que se consiguen en esta cota.
En toda la vivienda se juega en lo posible con el aprovechamiento del bien escaso que es el espacio, incorporando armarios en las divisiones entre estancias, con puertas hasta el techo en las que se confunde de manera intencionada la función de armario con la de puerta de entrada. Con este mismo objetivo de aprovechamiento se diseña una escalera de DM lacado que aprovecha su parte inferior para estantes abiertos y cerrados.
La construcción de la vivienda se llevará a cabo, en la búsqueda de economía, con una cimentación resuelta con un forjado sanitario ventilado construido con piezas plásticas, muros de carga de termoarcilla y losas de hormigón. El acabado de la vivienda exteriormente se realizará con enfoscado y pintura al silicato, una solución que consideramos económica y de buen resultado para el clima gallego.
Un aspecto importante a tener en cuenta y que tiene que ver con todos esos condicionantes iniciales, es el hecho de que la estructura está calculada en previsión de una futura ampliación de la planta primera, cuando en función de las necesidades sea conveniente construir un dormitorio más, y esto pueda hacerse con una obra poco agresiva, rápida, limpia y sin necesidad de abandonar la vivienda.