Medios de transporte en la ciudad 1
Tras la polémica surgida a raíz del la instalación de un carril bus protegido en las calles céntricas de A Coruña, se plantearon una serie de cuestiones tales como la necesidad de potenciar los transportes públicos reduciendo el tiempo de viaje en autobuses y taxis, eliminar la doble fila y el exceso de tráfico a costa de disminuir las plazas de aparcamiento, obligar a los transportistas a realizar desplazamientos cargados para su entrega en los locales comerciales, tener un carril por donde autobuses y taxis circulan rápido causando más accidentes, … y todo lo que se os pueda ocurrir.
De toda la polémica planteada tenemos como resultado un usuario de transportes públicos contento por agilizar su servicio, un comerciante cabreado por la incomodidad que le supone no poder parar delante de su local y un usuario de automóvil indignado por la actual dificultad de aparcamiento en las zonas afectadas por el carril.
En mi opinión el problema del carril bus es que el usuario de transportes públicos representa una minoría en proporción con el número de ciudadanos que utilizan sus vehículos particulares para realizar desplazamientos de unas centenas de metros dentro de la ciudad. La solución al problema, considero es más bien cultural que física, cuando tengamos el hábito de desplazarnos en transportes públicos, bicicleta o a pie dentro de la ciudad, supondrá que hemos producido un verdadero avance a nivel urbanístico.
Si hablo de desplazarse en bicicleta, no me refiero a jugarse la vida circulando por un carril bus compartido por autobuses, taxis, motos y bicicletas (un cajón desastre). Un carril bus delimitado por barreras de plástico, con una dimensión insuficiente para que un autobús rebase a una bicicleta con una distancia de seguridad mínima, pienso que está concebido por alguien que no anda en bicicleta y considero que si no hay ciclistas arroyados es porque, efectivamente, no hay ciclistas.
Previamente a la puesta en funcionamiento de un servicio de alquiler de bicicletas similar al que se ha instalado en otras ciudades (http://www.bicing.com), pienso se debería reeducar al conductor para que respete al ciclista considerándolo un vehículo más, siendo consciente de la desprotección y fragilidad de un ciclista frente a un automovilista.
En un reciente viaje a Copenhague he podido comprobar la diferencia a la hora de utilizar los transportes dentro de la ciudad es tanta, que considero tendrá que pasar alguna generación hasta que logremos igualarnos con estos países.